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Las órtesis lumbares y cervicales, también conocidas como corsés o collarines, son dispositivos externos que ayudan a salvaguardar el funcionamiento y estructura del sistema músculo-esquelético. Sus funciones principales son las de estabilizar e inmovilizar la columna, corregir una alteración existente o minimizar su progresión, proteger la columna reduciendo las cargas sobre la misma y mantener una función corporal perdida o disminuida.

Debido la alta prevalencia de las patologías de columna, las órtesis son prescritas frecuentemente en la práctica clínica. Ciertos estudios muestran un aumento de su uso en los últimos años. Por lo tanto, vale la pena preguntarse si su efectividad está contrastada y qué indicaciones puede tener su uso sobre la columna vertebral.

Efectividad de las órtesis

La efectividad de estos tratamientos dependerá en gran medida de la patología para la que se aplique. A continuación veremos algunas de las más comunes:

Latigazo cervical. Es común, después de descartar una posible lesión, prescribir un vendaje cervical suave o un collarín. Si se compara este tipo de inmovilización con un programa terapéutico activo en el que exista la movilización se puede concluir que la intervención activa tiende a ser más eficaz que la órtesis.

Cirugía. El 61% de los cirujanos afirman que prescriben órtesis durante un tiempo de entre una y ocho semanas después de una cirugía de columna cervical, mientras que un 49% lo aconsejan tras una intervención lumbar. La principal razón es asegurar la restricción de las actividades de los pacientes. Sin embargo, hasta la fecha no hay una evidencia clara sobre la eficacia de las órtesis tras técnicas como la cirugía de descompresión o la cirugía de disco. Por supuesto, tampoco hay consenso sobre el tipo de órtesis, la rigidez de la misma y la duración del tratamiento.

Dolor lumbar. Las órtesis lumbares se utilizan a menudo para tratar el dolor lumbar tanto agudo como crónico. Los resultados de las investigaciones de mayor calidad sobre la eficacia de las órtesis, aunque controvertidos, reflejan que no son adecuadas para la prevención ni el tratamiento del dolor lumbar ya sea de tipo agudo o crónico. Sin embargo, en aquellas personas en las que dolor produce serias limitaciones en su vida diaria, la utilización de órtesis puede posibilitar el mantenimiento de una actividad normal. Su uso debe ser supervisado por un profesional especializado y limitado a aquellos momentos que desencadenen dolor de espalda evitando el reposo.

Consecuencias del tratamiento con órtesis

Se ha postulado que el uso de órtesis durante períodos de tiempo prolongados puede debilitar los músculos del tronco ¿Es esto cierto? Debemos decir que no existe una respuesta clara. Mientras que la mayoría de estudios muestran que, efectivamente, estos músculos se debilitan, otros no encuentran cambios significativos en la fuerza de los mismos con su uso e incluso algunas investigaciones determinan que pueden fortalecerse. Por supuesto dependerá en gran medida del tipo de órtesis, la rigidez de la misma, la duración del tratamiento y el tipo de uso que se le dé.

Por otra parte, la presión excesiva ejercida por la órtesis sobre la piel y las estructuras anatómicas expuestas puede conducir a otros problemas cutáneos como úlceras.

En definitiva, se recomienda que el tratamiento mediante órtesis sea prescrito y controlado por un profesional especializado, con la duración del tratamiento más breve posible y la movilización temprana del paciente.


Zarghooni, K., Beyer, F., Siewe, J., & Eysel, P. (2013). The orthotic treatment of acute and chronic disease of the cervical and lumbar spine. Deutsches Ärzteblatt International110(44), 737.

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