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sobrepeso

Para prevenir las dolencias de espalda se debe mantener un mínimo de actividad física, cumplir las normas de higiene postural y desarrollar la musculatura de la espalda. El sobrepeso es uno de las condiciones a considerar en este aspecto.

El sobrepeso ha demostrado ser un factor de riesgo para el dolor de espalda cuando es considerable y se debe a obesidad, pero no cuando se debe al incremento de la masa muscular. El sobrepeso causado por la obesidad es un factor que aumenta el riesgo de padecer dolor de espalda. Este hecho aumenta si a ello se añade el sedentarismo, la falta de fuerza muscular, la inactividad física o el mal estado de salud general.

  • El sedentarismo incrementa por sí mismo el riesgo de padecer afecciones de la espalda.
  • La falta de fuerza en la musculatura de la espalda y abdominal, ha demostrado ser uno de los factores que aumenta el riesgo de que el dolor aparezca o persista. Cuanto menor masa muscular hay, menos protegido está el disco intervertebral y las demás estructuras de la columna vertebral y menos resistente es éste a la carga, lo que incrementa el riesgo de que aparezcan algunas de sus alteraciones.
  • La inactividad física. En condiciones normales, los distintos grupos musculares que participan en el funcionamiento de la espalda -como los abdominales y la musculatura paravertebral- se coordinan entre sí para mantener una postura o conservar el equilibrio en el movimiento. Esta coordinación depende de reflejos nerviosos que, para funcionar correctamente, necesitan repetirse.
    La inactividad física disminuye ese entrenamiento y empeora esos reflejos, hace que la musculatura se contraiga inadecuadamente o a destiempo y, por ello, facilita su sobrecarga o contractura.
  • El mal estado de salud general. El sobrepeso aumenta a medio y largo plazo el riesgo de padecer diversas enfermedades como las metabólicas y cardiovasculares. El mal estado de salud general es uno de los factores que incrementa el riesgo de padecer dolencias de la espalda.

RECOMENDACIÓN Y PREVENCIÓN

Evidentemente, lo ideal para la espalda y el conjunto del estado de salud es reducir el peso de la forma adecuada: limitando y reconduciendo los hábitos alimenticios y realizando actividad física regular. Si se encuentra en esa situación, consulte a un profesional para iniciar el programa que le resulte más adecuado y cómodo.

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